martes, 8 de noviembre de 2011

¿Para qué se utiliza Twitter?


¿Qué estás haciendo? Es la sencilla pregunta a la que tratan de responder los mensajes que se publican en Twitter, la herramienta social de moda en internet. La única condición es que, para contarlo, se utilicen como máximo 140 caracteres. Por eso, a este nuevo tipo de comunicación se le conoce también como microblogging o nanoblogging. Twitter es un vocablo inglés que significa gorjeo o trino. “Gorjeo como el de los pájaros, que cantan y todo el resto de la tribu les escucha y contesta”, explica Biz Stone, cofundador de la plataforma junto a Jack Dorsey y Evan Williams.

¿Pero para que se usa Twitter? Por un lado, para hablar de todo un poco, como en la vida misma. José Luis Orihuela, catedrático de la Universidad de Navarra y experto en cibercultura, alterna mensajes del tipo “Preparando un post sobre Media Community Managers” con otros tan banales como “Bajándole el fuego a la paella”. En la plataforma de microblogging encontramos frases como “Ni era de acuario ni de la información ni leches: vivimos en la era de la ansiedad” (@lordjerome) o “Web 2.0: más gente hablando de hacer cosas que haciéndolas” (@korochi).


Además, ciertos establecimientos, como el Albion Cafe de Londres, avisan a sus clientes de que acaban de sacar el pan y los pasteles del horno. En Nueva York, las furgonetas de los helados y otros puestos ambulantes de comida –burritos, kebabs, crepes– usan Twitter para informar en tiempo real de su recorrido. Y algunos museos, como el de arte moderno de Nueva York –el MoMA– y el British Museum de Londres, aseguran que la plataforma está cambiando la relación con su público, ya que les permite informar a diario sobre lo que sucede en su interior, retransmitir el montaje de sus exposiciones o notificar espectáculos al instante.

A través de Twitter se han escrito también novelas como Good Captain, de Jay Bushman, todo un éxito publicado ya en papel. Incluso el Muro de las Lamentaciones –Kotel–, el lugar más sagrado para el judaísmo, usa el microblog para  recibir mensajes que se imprimen y se colocan en los pequeños espacios que quedan entre las viejas piedras, una demostración de que la tradición y la tecnología no están reñidas. Y Twitter ayuda a los analistas a predecir la evolución de la Economía, así como a los expertos en marketing a adelantarse al éxito en taquilla de un estreno de cine.

Otras aplicaciones resultan más exóticas. En la Universidad de Nueva York han creado un gadget inalámbrico llamado Botanicalls Kit que twittea el estado de una planta a su dueño para avisarle de cuándo necesita agua, y que está a la venta al precio de 99 dólares. Original es también Kickbee, un cinturón para embarazadas con un sensor de vibraciones incorporado que publica un mensaje en la plataforma cada vez que el feto da una patadita. Por su parte, la plataforma Sickcity.org monitoriza en Twitter cualquier mensaje sobre un posible caso de gripe y lo incorpora a un mapa en tiempo real de las epidemias y pandemias del mundo.

En emergencias y revoluciones

En Estados Unidos, el uso de este sistema se ha convertido en una práctica habitual para la policía y los cuerpos de bomberos de todo el país. Los primeros comunican arrestos, homicidios, revueltas, accidentes de tráfico, cortes en las carreteras, robos y avances en investigaciones criminales. En cuanto a los bomberos, lanzan mensajes de 140 caracteres para informar sobre sus salidas y reciben datos de los ciudadanos, que les avisan, por ejemplo, de cambios en el viento en una zona incendiada que pueden ser claves para evitar que el fuego se propague. A la vista del éxito de esta nueva forma de comunicación entre las fuerzas de seguridad, el FBI no ha querido quedarse atrás. Desde las oficinas centrales de Washington, el agente especial Jason Pack twittea a diario sobre gusanos informáticos, fugitivos y niños perdidos, entre otros temas. En España, la @policia hace también un uso cada vez mayor de Twitter. Por ejemplo, el verano pasado, dentro de las campañas vía Twitter generadas por @policia, destacó la de #veranoseguro, un 'hashgtag' para asesorar sobre los desplazamientos, vacaciones seguras, cajeros automáticos, compras online...

Y es que 140 caracteres dan para mucho. Por ejemplo, para organizar un levantamiento social o una manifestación, como ocurrió en Egipto y en Irán. Aunque sin duda, el mejor ejemplo de uso de Twitter reciente lo encontramos en la catástrofe del terremoto y posterior amenaza nuclear de Fukushima el pasado 11 de marzo. Tanto para informar de lo sucedido minuto a minuto como para favorecer la búsqueda de familiares o hacer el seguimiento de la nube radiactiva, Twitter se convirtió en un medio fundamental a nivel internacional. En un mes, a partir del 11 de marzo, se enviaron más de 500 millones de tweets relacionados con Fukushima.

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